Reflexiones

Es inevitable que a la distancia de más de 27 años de haber concluido mi formación inicial no se recurra a la introspección para revisar la distancia que existe entre la recién egresada con la docente actual.

¿Cuántos docentes laboraron por más de 27 años tan solo con lo adquirido en su formación inicial?¿Fueron siempre sus resultados óptimos o vieron disminuidas sus capacidades?

Hago referencia a mi formación inicial a aquella que me permitió obtener un título para ejercer en la docencia.

La era actual en la que la sociedad ha transformado sustancialmente su dinámica obliga tanto a docentes como alumnos a mantenerse en constante capacitación, formación.

La práctica docente que ya de por sí era compleja se ha complicado aún más; las competencias obtenidas en la formación inicial en algún momento resultaron escasas y hasta obsoletas.

Poco a poco la dinámica social y la necesidad de permanecer incluida y responder a las necesidades y expectativas de mis alumnos me han ido llevando a la adquisición de conocimientos, habilidades, destrezas a lo largo de mi formación continua.

Sin embargo no podría decir que mi práctica resulta de lo más eficiente, situación reafirma en mí la idea de que el hombre no puede considerarse como producto acabado, para fortuna nuestra siempre habrá algo que aprender, adquirir, aportar, etc.

La reforma educativa y los cambios estructurales implícitos así como las nuevas condiciones laborales ofrecen cierta incertidumbre para el docente y en cierta forma lo obliga a salir de su estado de confort en el caso de que se haya permanecido en él o a seguir con el proceso de actualización.

Tenemos que reconocer que las estrategias, técnicas y método empleado para el aprendizaje de nuestros alumnos no responden a sus expectativas y generan cierto desaliento en el proceso.

Revisar ésta parte, comprender que todos estamos inmersos en la era digital nos obliga a dar una mira a los fundamentos pedagógicos que permitan hacer del aprendizaje algo significativo y relevante.

Pensar en que el aprendizaje no se reduce a la adquisición de conocimientos ni a la evocación de los mismos sino que estos convenientemente acomodados en un proceso que no solo incluye saberes, sino también hacer y sobre todo ser nos permite adquirirlos para la vida y llevar a los alumnos a grados de habilidades de pensamiento superior como son la creatividad e innovación.

Dibujar el camino para llegar a ello es lo que requiere de un docente con las competencias para ello, sin embargo aquí viene el dicho de que nadie pueda dar lo que no tiene.

Saber dibujar el camino implica tener conocimiento pleno de los mecanismos que favorecen la adquisición de los mismos dentro de ésta era digital, colocar al alumno como protagonista de su propio aprendizaje no es tarea fácil y algo que  también me interesa comentar es que estamos como docente aprendiendo sobre la marcha por que no hay tiempo y eso se hace evidente con el rezago de las habilidades de nuestros alumnos.

Encuentro una gran riqueza en cada curso y/o oportunidad de aprendizaje para docentes, pero sobre todo en éste curso me he detenido a valorar la riqueza de trabajar en equipos colaborativos, participar en comunidad nos convierte en copartícipes de nuestro aprendizaje. Problematizarnos resulta enriquecedor para la adquisición de nuevas competencias.  

Ma. Isabel Martínez Rodríguez.